Buscando cosas nuevas, descubrí un rodaje.Fue bastante entretenido. Los niños protagonistas perdidos delante de la cámara...el sol.Ambiente cargado de alegría.La gente observando desde sus pequeñas ventanillas y yo, haciendo las fotos. Bonita experiencia y bonito día.
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martes, 5 de julio de 2011
Borne - rodaje de un anuncio
Buscando cosas nuevas, descubrí un rodaje.Fue bastante entretenido. Los niños protagonistas perdidos delante de la cámara...el sol.Ambiente cargado de alegría.La gente observando desde sus pequeñas ventanillas y yo, haciendo las fotos. Bonita experiencia y bonito día.
Barrio del Borne - Barcelona
domingo, 3 de julio de 2011
g a l e r i a S E N D A - Barcelona
Galería Senda presenta la nueva serie fotográfica Cubs de Oleg Dou (Moscu, 1984), en la que será la segunda exposición individual del artista en España. En esta nueva serie Dou abandona el formato cuadrado y el zoom sobre el rostro, sustituidos por un retrato de tres cuartos que se adentra en la psicología de unos personajes de híbrida apariencia que ahondan en las raíces mitológicas de la sociedad contemporánea. Una vez más se decanta por el retrato infantil, motivo recurrente en su obra y ya abordado en las series Sketches y Toystory, como el medio a través del cual alertar sobre el desalentador e inestable futuro que acecha a las próximas generaciones. Los retratos que incluye esta última serie, presentan la imagen de niños de frágil apariencia y pálida impresión, que acarician una perfección de lo más inquietante.
Oleg Dou toma de la cultura occidental su marcado interés por el retrato, aunque desde un espíritu contemporáneo que anticipa una nueva condición del ser humano. Captura los rostros y orquesta su mutación, a fin de que los personajes aparezcan silenciosamente confinados en su propio universo. Y como si se tratasen de los únicos especimenes de su especie, estos seres nos enfrentan cara a cara con el testimonio de una realidad irreversible, de la que el artista cede su testigo al espectador. Cubs no trata una preocupación sobre la condición animal del ser humano, ni de su dimensión brutal o salvaje. Contrariamente, esta serie de atributos procedentes del reino animal, transforman los personajes de la serie en una clase de curiosos iconos que combinan lo irreal con una nueva forma de mitología.
Oleg Dou toma de la cultura occidental su marcado interés por el retrato, aunque desde un espíritu contemporáneo que anticipa una nueva condición del ser humano. Captura los rostros y orquesta su mutación, a fin de que los personajes aparezcan silenciosamente confinados en su propio universo. Y como si se tratasen de los únicos especimenes de su especie, estos seres nos enfrentan cara a cara con el testimonio de una realidad irreversible, de la que el artista cede su testigo al espectador. Cubs no trata una preocupación sobre la condición animal del ser humano, ni de su dimensión brutal o salvaje. Contrariamente, esta serie de atributos procedentes del reino animal, transforman los personajes de la serie en una clase de curiosos iconos que combinan lo irreal con una nueva forma de mitología.
El artista confiesa que en un primer momento, se inspiró en una curiosa tradición practicada en el siglo XIX: el retrato funerario infantil. Sin embargo, el artista se valió de un recuerdo de su niñez para acabar de conformar la idea de la serie y asimismo, evoca el infeliz momento, cuando, con motivo de una fiesta de disfraces, se vistió con un traje de conejo blanco hecho por su madre y en lugar de sonreír ante la cámara rompió a llorar. “No pude fingir estar feliz ante la cámara, odiaba ser fotografiado. La imagen acabó por reflejar mi incomodidad y mi irritación. Aún es habitual esta situación hoy en día. Trato de recrear la expresión de esa vergüenza en mis retratos, aunque en esta ocasión, la provoco. Para la serie Cubs, todos los disfraces fotografiados fueron hechos a medida por mi madre, basándose en mis bocetos”.
El trabajo de Oleg Dou se inscribe en el de una nueva generación de artistas rusos. Objeto de un creativo proceso que combina la captura y el retoque digital, sus fotografías nos empujan hacia la estética de lo extraño. Su fascinación por el rostro humano le ha llevado a explorar en estos últimos seis años, las cualidades plásticas del medio fotográfico, dejándose inspirar tanto por la pintura clásica como por la fotografía de moda. Según él, su trabajo no expresa ningún mensaje ni político ni social. “Me interesa el ser humano, su rostro, sus expresiones. Disfruto jugando con la percepción del espectador. Esa es la razón por la que la fotografía es mi disciplina favorita: puede crear esa estrecha frontera entre la realidad y lo que hay detrás. Embellecer a mis modelos no es un objetivo en sí mismo, pero sí el instrumento por el cual atrapo al visitante. Es narrativa material”.
http://www.galeriasenda.com/index1.php
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